martes, 15 de marzo de 2011

En busca de la felicidad

Es lunes, sentado enfrente del ordenador y mi cabeza esta lejos, atrapada en ese movimiento que no sale, vuelvo con mi imaginación a un fin de semana fantástico de boulder en Santa Gadea, una y otra vez.

El boulder nos otra cosa que esencia de movimiento de escalada. Adherencia, diedros, desplomes, romos, regletas, etc. se cubre todo el abanico pero tan resumido que a veces se puede tratar de tan solo un movimiento.
Iñigo probando una placa en "Mordor" Santa Gadea
Eduardo, que lleva mucho en esto de subirse por la piedras, un día me dijo; “Jose, hay solo dos tipos de boulders. Los posibles y los imposibles, los primeros son los que te haces los segundos los que no” Ya ves, un auténtico Sharma, él no gradúa, y simplemente trata de reducir esa interminable lista de problemas imposibles, por una que puede contar de posibles.

Quedo atrapado en un bucle y vuelvo a ese movimiento “imposible” donde me caigo una y otra vez, a esa placa lisa llamada “En busca de la felicidad” y a ese movimiento de adherencia, en el que desde aquí solo puedo caer.
Javier Meng resolviendo "En busca de la felicidad"
Aporreo las teclas del ordenador, todavía hoy me crujen los huesos, pero miro las fotos y pienso: “Tengo que volver… y mejor que sea pronto” solo en la roca es posible encadenar.

Os dejo con las fotos del finde:

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